Hay 288 municipios en la provincia de Guadalajara, de los cuales 224, un 77,78 %, tienen menos de 200 habitantes. La localidad más poblada después de la capital es Azuqueca de Henares, con 35 000 habitantes y centro industrial en la provincia.

Otras poblaciones como Sigüenza o Molina de Aragón son importantes centros económicos de la comarca a la que pertenecen, junto a la turística Brihuega. La provincia limita al norte con la de Soria, al noreste con Zaragoza, al este con Teruel, al sur con Cuenca, al oeste con Madrid y al noroeste con Segovia. 

En la provincia de Guadalajara, de los 288 municipios que tiene, en 50 de ellos no vive ningún menor de 16 años, siendo esta una triste realidad.

La presencia de niños en un pueblo es sinónimo de futuro y prosperidad. Aquellos municipios con un gran número de menores siempre tienen infraestructuras y servicios más modernos y de mejor calidad que las zonas donde solamente residen personas de mayor edad. Además, la juventud es fundamental para evitar la despoblación y el envejecimiento de la población, manteniendo la vitalidad del lugar.

Sin embargo, la realidad en las localidades rurales es muy distinta. Hay muchos pueblos donde los niños solo vuelven en fechas señaladas, como el verano o las Navidades. La falta de empleo y recursos en estos lugares obliga a las familias a mudarse a grandes ciudades, donde pueden encontrar trabajo y construir una nueva vida. 

Esta huida a los centros urbanos provoca un notable descenso en la población joven de los pueblos pequeños, disminuyendo la natalidad y dejando estas comunidades en una situación de envejecimiento progresivo.

Esto ocurre en muchas zonas rurales de Castilla-La Mancha, tal y como se puede observar en un informe elaborado por el Consejo General de Economistas.