El problema de acceso a la vivienda de los jóvenes, al que no son ajenos los jóvenes de Brihuega, sobre todo entre las rentas más bajas de la sociedad, casi todas, se endurece. 

Así lo refleja un reciente informe, que analiza concretamente la situación que atraviesan los jóvenes de Comunidades como Baleares, Madrid, Castilla-La Mancha, Cataluña y Canarias. 

Según este informe, que toma como referencia el salario medio que ganan en estas regiones los jóvenes, este colectivo destina la totalidad de sus salarios al alquiler, quedando casi imposible acceder en propiedad a una vivienda en el supuesto de que hubiera viviendas en el mercado, como es el caso de Brihuega, que ya ni se recuerda cuando se construyeron las últimas Viviendas Sociales.

Con un salario medio de apenas 1.050,77 euros al mes, y unos alquileres que superan esa cifra en estas comunidades, muchos jóvenes se encuentran en números rojos al pagar la renta. 

Siendo así y teniendo en cuenta que el salario más habitual en España que oscila entre los 1000 y los 1.300 euros, y que percibe más de un millón de trabajadores en nuestro país, no estarían en disposición de poder mantener un mínimo nivel de vida y, además, pagar el alquiler en estas ciudades, ni por supuesto plantearse adquirir una vivienda en propiedad.

La situación de los jóvenes es muy delicada en nuestro país, ya no solo en cuanto a adquirir una vivienda en propiedad, sino incluso para algo que antes era mucho más sencillo como emanciparse y encontrar una residencia de alquiler.

La precariedad laboral y los altos costes de la vivienda han llevado a que la edad media de emancipación en España se sitúe en los 30,4 años, según Eurostat, la cuarta más alta de la Unión Europea. 

El último Observatorio de la Emancipación del Consejo de la Juventud de España reveló que solo el 17% de los jóvenes se ha emancipado, lo que significa que 8 de cada 10 todavía vive en casa de sus padres.

Compartir piso se ha convertido en la única opción viable para muchos jóvenes, debido a que el nivel salarial no se ajusta al coste creciente de la vivienda.