La Iglesia de San Simón de Brihuega, ubicada en el corazón de la histórica villa alcarreña, ha sido testigo de siglos de cambios y transformaciones.
Desde su construcción en la Edad Media, ha vivido periodos de esplendor y decadencia, pero su reciente restauración ha sido clave para devolverle su antiguo brillo.
Construida entre los siglos XIII y XIV, la Iglesia de San Simón es uno de los monumentos más representativos de Brihuega.
Se cree que la iglesia pudo haberse levantado sobre una antigua mezquita, aunque los estudios arqueológicos no han sido concluyentes y se cree que pudieron pasar por ella las tres culturas, los judíos, musulmanes y cristianos.
Aunque de pequeñas dimensiones, su arquitectura refleja las influencias del Mudéjar, de estilo toledano, con detalles góticos añadidos durante las fases posteriores de ampliación y modificación.
El ábside tiene cinco ventanas, de las cuales exteriormente solo se aprecian dos, construidas con arcos concéntricos de ladrillo ligeramente apuntados, la bóveda del ábside está reforzada por seis nervios que se unen en una clave común.
A lo largo de los siglos, la iglesia fue testigo de los altibajos de la historia local, desde épocas de florecimiento económico hasta guerras y conflictos, con el paso del tiempo, y debido a la falta de mantenimiento, la estructura empezó a mostrar señales evidentes de deterioro.
A mediados del siglo XX, el edificio se encontraba en un estado de ruina, con parte de los techos derrumbados y paredes que amenazaban con ceder.
La primera actuación fue en 2017-2018, se restauraron los ventanales del ábside, se recuperaron las cubiertas y se reconstruyeron los contrafuertes.
Adquisición y Restauración 2020: El Ayuntamiento de Brihuega adquirió la iglesia y realizó trabajos adicionales en las cubiertas y la cúpula.
Este proyecto, iniciado en 2019 y concluido en 2023, involucró la reconstrucción de techos, la estabilización de los muros y la rehabilitación de elementos arquitectónicos que habían quedado ocultos o dañados por el paso del tiempo.
Los trabajos no solo buscaron devolverle su estabilidad estructural, sino que también se enfocaron en resaltar los detalles artísticos de su interior, como frescos antiguos que fueron redescubiertos durante las obras.
El plan de restauración de la iglesia de San Simón se dividió en varias fases:
Evaluación estructural y arqueológica, estabilización y reconstrucción, el techo, que se había desplomado en varias secciones, fue una de las primeras áreas en ser intervenidas.
Restauración de elementos artísticos, durante las obras se descubrieron fragmentos de frescos medievales y detalles decorativos que habían sido cubiertos por siglos de polvo y escombros.
Rehabilitación del entorno, además de la estructura principal, el proyecto incluyó la mejora del entorno inmediato de la iglesia, creando un espacio donde los visitantes pudieran disfrutar tanto de la arquitectura como del paisaje circundante.
La Iglesia de San Simón ha resurgido de las ruinas para convertirse nuevamente en un emblema de Brihuega. Gracias a los esfuerzos de restauración y conservación, este templo ha recuperado su esplendor y su importancia en el patrimonio local.
El proyecto de restauración no solo ha permitido preservar un monumento histórico, sino que también ha reavivado el orgullo de la comunidad y ha dado un nuevo impulso al turismo cultural de Brihuega.
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