EL VALLE DEL RÍO UNGRÍA DE BRIHUEGA, EN FUENTES DE LA ALCARRIA, UN REFUGIO NATURAL A LAS PUERTAS DE CASA Artículo Plataforma Brihuega 17/12/2024

El valle del río Ungría, situado en el corazón de la Alcarria, es un paraje natural que destaca por su biodiversidad y belleza paisajística, teniendo el nacimiento del río Ungría en Fuentes de la Alcarria.

 

Este profundo barranco, que corta el páramo calizo a mil metros de altitud, se extiende a lo largo de 12.494 hectáreas que abarcan los municipios de Lupiana, Atanzón, Centenera, Valdeavellano, Caspueñas, Trijueque y Brihuega, incluidos los cascos urbanos de Fuentes de la Alcarria y Valdesaz. 

 

A tan solo 20 kilómetros de Guadalajara, se presenta como un oasis verde en un entorno caracterizado por tierras áridas y planas.

 

El valle es reconocido por sus valores naturales, destacando sus bosques de encinas y quejigos que crecen en las cabeceras de los barrancos, y por su rica fauna y flora. El río Ungría, que nace en Fuentes de la Alcarria y recorre 39,7 kilómetros hasta desembocar en el Tajuña, es el principal protagonista de este paisaje. 

 

A lo largo de su cauce, se encuentran numerosos arroyos y fuentes que alimentan esta región, que cuenta con varios acuíferos subterráneos, muchos de ellos visibles en las rutas de la zona. Entre las fuentes más destacadas se encuentran las de Fuentes de la Alcarria, con la famosa ruta de las cinco fuentes, y la fuente Mora en Valdeavellano.

 

Este valle, aunque profundo, tiene un fondo llano que lo hace accesible y atractivo para los visitantes, su paisaje verde, con influencias de zonas del norte de España, se aleja de la estampa tradicional de Castilla y ofrece un contraste sorprendente.

 

Además, la presencia de antiguos molinos medievales a lo largo del río Ungría otorga un toque de historia a la región. Estos molinos, que antaño servían para moler grano, han sido en su mayoría rehabilitados y, algunos, transformados en viviendas.

 

Otra singularidad del valle son las cabañas de piedra seca, especialmente en Atanzón y Valdesaz, estas construcciones, que datan de la Edad Media, tenían múltiples usos, desde refugios para pastores y agricultores hasta vigilantes de viñedos, como en Valdesaz, una localidad vinícola. La arquitectura de las cabañas, bien conservada en algunos casos, se mantiene como un testimonio del patrimonio rural de la zona.

 

En conjunto, el valle del río Ungría no solo es un referente ecológico por su flora y fauna, sino también un sitio donde la historia y la tradición se mantienen vivas a través de sus fuentes, molinos y cabañas. Un lugar que invita a explorar la naturaleza y conocer de cerca la esencia de la Alcarria.

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