Es a mediados del siglo XII, en el reinado de Alfonso VII, cuando comienzan a aparecer las ferias comerciales, siendo facultad exclusiva del rey, la creación y autorización de estos mercados, la feria medieval más importante, fue la de Medina del Campo, que en el siglo XV se colocaba a la altura de las más grandes de Europa.
En Castilla se inició la creación de más ferias a comienzos del siglo XIII, siendo la feria de Brihuega una de las primeras que se creó en 1215, por el rey Enrique I, a instancias del señor de la villa, el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada.
La Feria de Brihuega se celebraba en sus orígenes, en torno a la festividad de San Pedro y San Pablo, a finales de junio. Sin embargo, algunos años después, concretamente en 1252, un privilegio del rey Alfonso X el Sabio, cambia la fecha y dice «que será por la fiesta de Todos los Santos».
Sancho IV «el Bravo» sigue ocupándose de la villa alcarreña, y en un documento de 1288 extiende un privilegio por el cual prohíbe se les cobren impuestos a los comerciantes de las ferias de Brihuega y Alcalá.
El rey Fernando IV, en 1305, extendió un documento por el que prohibía tajantemente que se celebraran ningunas otras ferias en Castilla, al tiempo que lo hacían las de Brihuega y Alcalá.
Con el paso de los años estas ferias fueron perdiendo importancia y es a mediados del siglo XX cuando empiezan a resurgir de nuevo, pero ya casi dedicadas exclusivamente a ferias de ganado, siendo la de Brihuega del 22 al 24 de octubre por San Rafael, la feria se montaba en la plaza del Coso de Brihuega, la plaza de Herradores y la plaza de San Felipe.
El origen más reciente de las ferias tal como las conocemos ahora, lo encontramos en el año 1953, cuando unos vecinos de Brihuega compraron y se trajeron para Brihuega varias vacas, con el fin de celebrar lo que fue la primera suelta de vacas por las calles de Brihuega.
Llegó la crisis económica, y a finales de los 50 e inicios de la década de los años 60, no se pudieron celebrar ni las ferias ni eventos taurinos, hasta que con motivo de la construcción de la plaza de toros La Muralla, en 1965, reunidos un grupo de amigos, comenzaron a poner dinero con el fin de traer toros utreros para encierros urbanos.
Desde entonces voluntarios de Brihuega y las peñas del municipio han continuado organizando las Ferias de Brihuega en el mes de octubre, una vez pasado el Pilar, cuyo origen fue la Feria de San Rafael.
Los principales actos de las ferias son, la suelta de reses bravas, desde la plaza de toros hasta la plaza de Herradores, recorriendo varias calles de Brihuega. La música, con la Banda de Música de Brihuega y la Filarmónica Briocense en los despejes de encierros, también acompañando a los gigantes y cabezudos, y los bailes del fin de semana en la carpa del parque de María Cristina.
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