La Tanga, también conocida como La Tanguilla, La Tuta, es un juego popular tradicional de Castilla-La Mancha, practicado hace tiempo en Brihuega, se solía jugar en el Parque de María Cristina, aunque originalmente se jugaba con un tubo de palo y tejos de piedra, con el tiempo los elementos cambiaron a versiones de hierro. 

En la actualidad muchos jóvenes, por no decir la mayoría será la primera vez que lean sobre este juego popular; sus reglas generales, con algunas variaciones de unos municipios a otros serían las siguientes:

La Tanga consiste en un tubo hueco de unos 10-12 cm de alto y 2-3 cm de diámetro, mientras que los tejos son círculos de metal de unos 8-10 cm de diámetro y 4 mm de grosor. 

Se utilizaban para el juego, monedas de diferentes valores, como la "perra chica" (5 céntimos) o la peseta, y la "puesta" era la cantidad de dinero a poner por cada jugador, acordada previamente.

El número de jugadores variaba entre 2 y 10, y el orden de tirada se decidía mediante un procedimiento llamado "arrimar", donde cada jugador tiraba un tejo para acercarlo lo más posible a la tanga sin derribarla, o desde la tanga a la línea desde donde se lanzaban los tejos. 

La jugada consistía en lanzar los tejos desde una distancia de unos 12-14 metros para intentar derribar la tanga y hacer caer las monedas. El premio consistía en quedarse con las monedas más cercanas al tejo, si no se acertaba con el primer tejo, se tenía una segunda oportunidad.

Si un jugador derribaba la tanga, con el segundo tejo trataba de ajustar la posición de las monedas para que quedaran más cerca del tejo, aumentando las probabilidades de ganar. 

Si no se ganaba todo el dinero de la "puesta", el siguiente jugador tenía derecho a pedir "sobre", lo que implicaba que cada jugador debía poner nuevamente dinero para añadirlo a las monedas que quedaban en la tanga.

El tejo se lanzaba desde una raya, sin pisarla, y se debía evitar que la tanga cayera sobre las monedas, ya que eso no valía. Una jugada especial consistía en "tirar al cochinillo", donde un tejo golpeaba la tanguilla por su parte inferior, lo que hacía que las monedas cayeran casi automáticamente sobre el tejo.

En algunas localidades el juego se practicaba en el pórtico de la iglesia, y si pasaba el cura, se llevaban las monedas y la tanguilla.